Hoy sábado 16 de Enero de 2016, voy a
ponerme un rato a escribir y como otras veces, aver que sale de esta
loca mente loca.
¿quien somos? ¿que hacemos aquí?
¿Para cuanto tiempo venimos? ¿que misión tenemos? Creo que por
mucho que profundicemos en saberlo, es muy difícil, es más, creo
que no existe ninguna respuesta real a esas preguntas y cuando digo
real, lo hago reflexionando en que cada ser tendrá una misión
distinta, o quizás no tenga otra misión que el pasar por esta vida
por el camino que en su día a día se haya creado sin más.
Creo que perdemos mucho tiempo en esta
vida buscando nuestra misión, escavando en las profundidades,
intentando aclarar los misterios que reclaman nuestra curiosidad y
con ello, cada vez alejándonos más y más de quien en realidad
somos, ya que, no somos algo que tengamos que buscar. Cuando viajamos
a nuestro interior, muchas veces lo hacemos para buscarnos y debido a
la insatisfacción que conseguimos, por inercia avanzamos cada vez
mas profundo sin encontrar quien somos ¿sabéis porque? Porque en el
instante en el que nos encontramos, ya hemos pasado a ser distintos,
no existen dos momentos o estados iguales en nosotros y es como si
cuando consiguiésemos alcanzar un objeto para ver como es, al
instante se le rompiese una parte, por lo que no nos ha servido de
nada ya que ahora es distinto, cada instante que pasa, alguna célula
nuestra habrá muerto, otra habrá nacido por lo que eso ya marca la
diferencia. Todo esto pasa con referencia a nuestro cuerpo, pero ¿y
nuestro alma, espíritu, mente? Ese no sabría muy bien contestar ya
que no le atribuyo forma, color, olor o algo con lo que poderlo
definir, ese no hay que buscarlo, ese está siempre, se mueve con
nuestras energías y debido a tener que valerse de un cuerpo para
poder pasar por esta etapa a la que llamamos vida, encuentra
limitaciones que sin el no tiene, porque ¿que tamaño tiene un alma,
donde empieza y donde termina? Ni empieza, ni termina, simplemente es
nuestro ser acoplado a este cuerpo que mi madre llevo 9 meses dentro
de si, mientras se formaba para poder darle vehículo para circular
por la vida.
Vivimos aferrados a la razón de forma
que quien actúa distinto a nosotros, algo no le funciona bien, pero
con esa capacidad que tenemos de juzgar a los demás, lo que hacemos
es auto limitarnos a nosotros mismos. Una persona que nazca con una
discapacidad ¿tiene un alma mas pequeña, inferior a la de otro que
nazca sin discapacidad? Pues no, en realidad ¿quien está totalmente
capacitado para todo? Nadie, debido a este cuerpo humano que se
deteriora cada día y al que tanto culto hacemos, todo tenemos
limites, habrá quien nazca sin brazos y su espíritu lo tendrá
difícil para coger cosas pero, no solo los limites están en los
brazos, piernas, ojos, oídos y demás, también está por ejemplo el
cerebro y su capacidad de instintos. Imaginemos que dos personas se
pierden en un bosque, cada una en un punto distinto de este. Nos
encontramos con una de ellas que tiene una capacidad buena en su
instinto de la orientación y la otra que esa parte la tiene
totalmente discapacitada para ello, es decir, una persona que se
pierde con facilidad ya que no sabe hacia que lugar caminar para
salir del bosque. En este caso estamos encontrándonos con una
discapacidad invisible, que se puede percibir pero no ver ¿ tiene
este menos espíritu o inferior que el que tiene la buena capacidad
de orientación? Pues no, ambos son dos almas que para vivir esta
vida han necesitado nacer en un cuerpo humano y cada una en él,
encontrará sus capacidades y limitaciones distintas.
¿Quien somos? Cada ser, un viajero con
un vehículo distinto y por eso, cada uno requerirá de una vida o
camino distinto, no tendrá que vivir adaptándose a lo que hacen los
demás ya que nada tiene que ver una vida con otra.
¿Que hacemos aquí? Ademas de en
muchos casos el ridículo, simplemente somos alma, energía, mente,
espíritu que viaja empujado por la inercia de lo que creamos cada
día, es decir, hoy siembro para mañana la semilla de lo que estoy
recogiendo hoy que no es mas que el fruto de lo que sembré ayer.
¿Para cuanto tiempo venimos? Para lo
que pueda durar el cuerpo en el que viajamos, ya sea por su
perecedero transito debido a la impermanencia de sus órganos, al
deterioro de los mismos debido a cualquier enfermedad o cualquier
otro accidente que lleve el cuerpo a dejar de funcionar, pero en
realidad no venimos para ningún tiempo, seguimos adelante y dejamos
detrás el cuerpo que nos aporta vivir. Una vez llegado ese momento
al que llamamos muerte, que no es otra cosa que el final del
funcionamiento de nuestro vehículo, seguimos adelante hasta alcanzar
otro vientre de una distinta madre donde volverá a formarse otro
distinto cuerpo para volver a lo que llamamos vida.
¿Que misión tenemos? Esta respuesta
es un poco mas fácil a mi forma de ver, en breve seria “la de
vivir y dejar vivir” ya que como con nuestras percepciones y actos
formamos nuestra manera de vivir, simplemente tenemos la misión de
dejar algún día de de percibir, de actuar, de existir, y con ello,
de sufrir, pero para conseguir esta misión, primero tenemos que
eliminar los espejismos por los que nos hace creer que pasamos
nuestra mente a través del odio, la avaricia, el apego y todo
aquello que no hace otra cosa que crearnos ansiedades, sufrimientos.
Si todos los seres fuésemos
conscientes de que cuando hacemos daño nos dañamos a nosotros
mismos, se acabaría el hacer daño. Si todos los seres fuésemos mas
compasivos, acabaríamos con nuestra avaricia y materialidad. Si
todos los seres fuésemos conscientes de que los problemas no son
otra cosa que lo que nuestra mente percibe y etiqueta como tal, no
existirían los problemas. Si fuésemos eliminando todo lo que nos
lleva a pasar por esta vida de sufrimiento, dejaríamos de pasar por
ella ya que, si no reconocemos las cosas como creemos que son en
realidad, dejan de existir y con ello nosotros.
Debido a esto, cada vez que muere
alguien, mi deseo hacia su ser es que en su próximo renacimiento,
nazca con un cuerpo humano para que pueda razonar al máximo y con
una mente que en su camino sea lo menos manchada posible para así
reconocer la no realidad. Que siento mucho que haya llegado el
momento de que su cuerpo deje de funcionar, pero que en la próxima
tenga una vida en la que esté bien, feliz y en paz.
Bueno, después de esta larga
reflexión, os dejo con un beso abrazo inmenso y los mejores deseos
de parte de este que os escribe que no es mas que vuestra percepción,
Juan Chía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario