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miércoles, 6 de septiembre de 2017

LA INMORTALIDAD (Reflexiones de una viajera extrasensorial)



Me sentía muy sujeta a la vida, creyéndome inmortal, nada podía entrar en mi capsula protectora, llamada aura, nada podía dañar mi cuerpo físico, ni a mi, ni a los míos, sentía la fuerza que da la inmortalidad, tan sólo con levantar una mano, podía parar cualquier daño que pudiese venir, del lado más oscuro. YO, podía con todo, así que sólo me quedaba endurecer mi capa emocional, que siendo lo más dedil, pensaba yo, buena de mi, que estaba fuera de mi al igual que el aura.

Presumiendo siempre de saber de las leyes de la vida y entendiendo de energía, comprendí un día que la vida tenía un fin, pero al ser inmortales, pues somos energía, mi consuelo ante los que se marchan y los que se quedan, me daba más ventajas, al igual que un creyente, cree en su dios y en el cielo cómo forma de vida, yo creía en la energía como estado de inmortalidad.

Creía, un verbo muy apropiado, para parar, y así he hecho, echar el freno en muchas creencias. Una de ellas la muerte.

Mi padre murió cuando yo tenía 19 años, llevaba un mes casada, me había casado para que él se quedase tranquilo, algo dentro de mi veía cerca su final, pero más fuerte estaba la creencia de que podría salvarlo.

Y no lo salvé, una mañana mi madre llamó a mi puerta y me dijo, vete a casa con tu padre, que está muy malo, que yo voy a buscar al médico, salí corriendo, ya que sólo me separaba unos metros de su casa y ya tenía la muerte dibujada en su cara, al moverlo, para llevárnoslo al hospital, nos dijo.- Dejarme descansar. - echo su cabeza a un lado y se acabó. Nada más, pudieron hacer por él.

Mi karma estuvo impregnado por el dolor, el remordimiento, el qué podría haber hecho , que evidentemente no hice.

Esta impregnación me duró años, creo que hasta que entendí, que no soy ningún dios, ni reconocido, ni por reconocer y lo que pasó en ese momento, pasó tal cómo fuimos decidiendo, según iban viniendo los acontecimientos.

A lo largo de estos años, me he encontrado con la muerte, más a menudo y de seres queridos por mi, unos, tenían una edad avanzada y otros más jóvenes, de los que el dolor sigue existiendo. Es algo que aún me cuesta asimilar, aunque sigo estudiando las lecciones de la vida e intentando aprender de cada una de ellas.

A veces la muerte aparece delante de mi paseándose, cómo si de un ser encarnado, o al menos quisiera ponerle forma humana para poder identificarla, pero no la tiene, al igual que cuando dejamos nuestro cuerpo, nuestra energía o espíritu sale al espacio, la muere no está en el espacio, no la coges en forma de virus o de accidente, ni tampoco, está esperándote en ningún callejón oscuro, para después de atracarte, clavarte una navaja.

No, la muerte, es un estado, un paso de desactivación orgánica, el cuerpo empieza a detenerse unas veces más rápido y otras veces más despacio, pero cuando se van deteniendo todos los organos, se apagó o al menos así la percibo yo.

Muchos años de mi vida he pasado teniéndole miedo a la muerte y sin embargo, según mis creencias, si somos energía, que ni se crea, ni se destruye, en ese caso, la muerte es una transformación, de tener un cuerpo, este que tengo hoy, a salir de él transformada mi energía en otro ser o a saber, lo mismo, doy luz a través de mi movimiento, siendo viento, y me pregunto,- ¿estaría viva? Si no viva, al menos útil y quien sabe, lo mismo, hasta si encuentro el camino de vuelta, un cuerpo nuevo, y vuelvo a nacer o no.

A veces te la encuentras antes de lo que esperas, no tiene edad, no te avisa, no atiende a peticiones, ni a creencias, ni religiosas, ni de dolor. Es lo único que compartimos todos los seres vivos, ya seamos humanos, animales, plantas....

Este fin de semana, estamos mi pareja y yo comiendo en una terraza de un restaurante, en la playa y vemos mucha gente agolpada, en la terraza de al lado, unos minutos después, una ambulancia, nos acercamos y vimos a un hombre de mediana edad, que estaba echado en el suelo, con varias personas, sujetándole la vida con pinzas, dos jóvenes de protección civil, un técnico de la ambulancia, un médico que estaba de vacaciones y algunas personas más, que intentaban por todos los medios que recuperase la respiración y su corazón volviese a latir. Supe de inmediato, que no recuperaría ninguna de las dos cosas, ni los latidos, ni la respiración, aunque ellos continuaron agarrándose a ese hilo de esperanza y no lo abandonaron, continuaron una vez tras otra intentando recuperarlo.

Observaba toda la escena, cómo si me encontrase en otro plano, mi ser interno, sabía que este hombre, ya no tenía más vida en este su cuerpo y mi empatía estaba puesta en la familia que lo estaba sufriendo, no me quise marchar, no quería dejarlos solos y entendí en ese momento, que al igual que no dejaban de intentarlo, los sanitarios y sufrían creyendo que podían hacer más, la familia, sentía que si les hubiese pillado en ese momento en otro sitio con más recursos, hubiese sobrevivido. Mi compasión, se extendía, cómo el aire recorriendo todos los rincones, de cada una de las personas implicadas de una forma o de otra en todo este proceso, de separación del cuerpo.

Dolor, frustración, compasión, amor....Todos esos sentamientos estaban dentro de mi de nuevo, mezclados cómo si fuese un gazpacho, nada quedaba fuera, sólo la imagen que queda en mi retina y aún así está dentro también, ya que está en mi pensamiento.

Ahora, cuando escucho de alguien, que esta esperando algo, que no está viviendo lo que quiere, que necesita algo que no tiene....

Amig@ mio, no esperes, fíjate en tus manos, tus pies, mírate a un espejo, el que tengas más próximo y observa detenidamente, ¿que ves?. A quien ves, ese eres tú. Quien se mueve eres tú, lo que sientes cuando todo eso sucede, lo sientes tú en este momento y lo que vives y cómo lo vives, es lo que está sucediendo aquí y ahora, mañana, todavía no existe y puede que no exista.

Si amig@ mío, todo depende de ti, los límites te los pones tú, si alguien te manipula ese eres tú, si quieres cambiar algo, tendrás que decidirte aquí y ahora, porque mañana quizás ya estés viajando a través de las estrellas.

Dicen que si amas a alguien, que se lo digas, antes que sea tarde, yo no creo que sean las palabras las que recordemos al irnos, creo que lo ultimo que perdemos son los sentidos, por lo tanto, el paladar, la vista, el olfato, el tacto, el oído y el amor, ya que un ser que se marcha se queda enganchado al llanto de sus familiares queridos, durante algo de tiempo, el oído y el amor que se siente por las personas que se quedan.

Nada se puede hacer cuando el cuerpo se va apagando, así que, cómo no sé cuanto tiempo le queda a mi cuerpo, quiero hacer un par de cosas ahora, una es darle las gracias a la chica y chico de protección civil, médico, técnico sanitario, personas que asistieron a este hombre que falleció este domingo, por su dedicación y esfuerzo, darles un abrazo de consuelo con mucho amor a sus familiares y otra cosa muy importante para mi, darle un abrazo con mucho amor a mis familiares y amig@s y las gracias por anticipado a todas las personas que en el momento de mi partida, estén a mi lado, esforzándose para que siga en mi cuerpo y a los que me acompañen, para que encuentre en breve el camino hacia la luz, ya que hay médicos físicos y espirituales y a los dos los necesitamos por igual.

Ana Rodríguez

Blog recomendado Ana Rodriguez Gordillo Counsellor Gestalt



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