Comprensión de la mente
Naturaleza y funciones de la mente
por Gueshe Kelsang Gyatso
Comprensión de la mente proporciona una exposición práctica
de la naturaleza y funciones de la mente. En esta obra se combina una
profunda exploración filosófica con su aplicación psicológica.
En la primera parte se expone con gran claridad el concepto, propio
de la psicología budista, de la mente como un continuo inmaterial que,
aunque relacionado con el cuerpo, es diferente de él. El entendimiento
de la naturaleza de la mente y del proceso de cognición nos facilita el
logro de un estado duradero de felicidad y paz interior, independiente
de las circunstancias externas.
En la segunda parte se describen los diversos tipos de mentes y se
muestra cómo abandonar las que nos perjudican e incrementar las que nos
conducen al gozo y satisfacción personal. A lo largo del libro, Gueshe
Kelsang nos muestra con gran destreza cómo utilizar este entendimiento
de la mente para mejorar nuestra vida diaria.
La concentración apacigua nuestra mente
La función principal de la concentración es apaciguar la mente.
Nagaryhuna dice en La preciosa guirnalda de consejos para el rey:
«De la generosidad recibiremos riqueza, de la moralidad, la felicidad divina y la humana, de la paciencia, hermosura, del esfuerzo, el cumplimiento de nuestros deseos, y de la sabiduría, la liberación de las dos obstrucciones».
Cuando nuestra mente está libre de las turbulencias de las
distracciones conceptuales, permanece serena y tranquila. Cuando
disfrutamos de felicidad y paz interior, nuestro deseo de buscar los
objetos de placer se debilita de manera natural y nos sentimos
satisfechos con facilidad.
La concentración pura nos ayuda también a mantener el cuerpo y la
mente cómodos, flexibles y disponibles para practicar el Dharma. Esta
disponibilidad se denomina flexibilidad [física o mental] y es uno de
los beneficios principales de la práctica de la concentración. Aunque de
momento meditemos con cierto grado de concentración, por lo general
ésta es muy breve y débil, y la flexibilidad que resulta de ella es
sutil y difícil de reconocer. A medida que nuestra concentración se
vuelva más firme y estable, nuestra flexibilidad también mejorará.
La flexibilidad ha de ser intensa, firme y duradera. Si disfrutamos
de flexibilidad durante las veinticuatro horas del día, nos resultará
fácil realizar acciones virtuosas porque no nos cansaremos física ni
mentalmente y en todo momento nos agradará escuchar las enseñanzas de
Dharma, contemplarlas y meditar en ellas. Si practicamos el Dharma con
alegría, alcanzaremos los cinco caminos, los diez planos y las dos
etapas del tantra sin dificultad.
La flexibilidad es el verdadero antídoto contra la pereza. Según el
Dharma, la pereza no es sólo el apego a dormir y a la comodidad física,
sino también toda actitud reacia a efectuar acciones virtuosas. No hay
tarea espiritual más importante que eliminar la pereza. Gracias a la
flexibilidad, las actividades virtuosas, como la contemplación y la
meditación, se convierten en un placer y no dudamos en realizarlas. La
flexibilidad depende de la concentración, ésta del esfuerzo, éste de la
aspiración y ésta de reconocer los beneficios de la concentración. Las
personas corrientes consideran que los disfrutes del samsara, los
objetos materiales y el dinero son de gran importancia e invierten mucha
energía en obtenerlos, mientras que los practicantes de Dharma conocen
los beneficios de la concentración y por ello se esfuerzan por
cultivarla.
Con concentración podemos conseguir lo que deseemos, pero sin ella
nuestra mente carece de libertad porque estará dominada por el odio, el
apego y las demás perturbaciones mentales. La persona que posee una
concentración virtuosa y firme puede controlar su mente y lograr que le
obedezca, como un caballo bien domado cumple la voluntad de su jinete.
Si nos adiestramos en la concentración, alcanzaremos la permanencia
apacible, la visión superior, clarividencia y poderes sobrenaturales y
finalmente completaremos el camino a la iluminación; pero si no lo
hacemos, no progresaremos por los caminos y planos mahayanas, por lo que
no podremos alcanzar la Budeidad. Así pues, tanto los logros mundanos
como los supramundanos dependen de la concentración.
La concentración es necesaria no sólo para meditar, sino también
para escuchar las enseñanzas o leer un libro de Dharma. Por ejemplo, si
estamos distraídos mientras leemos un libro de Dharma, no comprenderemos
su significado con claridad. Es posible que pensemos que el libro no
está bien escrito, pero en realidad la culpa es nuestra por no leer con
la debida atención.
© Gueshe Kelsang Gyatso y New Kadampa Tradition
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